miércoles, 13 de mayo de 2015

Las fotos que no sacamos

Quienes me tienen de contacto en Facebook pueden ver que los estoy inundando de fotos y anécdotas de mi hijo: les cuento cuánto crece, cómo se porta, cuánto duerme, subo fotos hasta de su primer visita a la peluquería... Durante el embarazo estuve igual, a full con las fotos de la panza y las anécdotas de la vida cotidiana.
Pero el embarazo y el puerperio tienen muchas situaciones poco fotografiables, ya sea porque son escenas feas o delmal gusto o porque ni da agarrar la cámara o el celu en esos momentos. Cada vez hay más publicaciones, revistas, libros, series, blogs, etc... que comentan estas cuestiones, el "lado real" de la maternidad, así que no vengo a decir nada nuevo, pero en estos días fui armando mentalmente, en momentos de relax (léase: mientras me ducho) mi lista de escenas-no-fotografiadas. La mayoría tienen alto contenido escatologico que puede afectar su sensibilidad.

* Durante la búsqueda del embarazo, además de las situaciones xxx que no detallaré porque mis padres me están leyendo, me lo pasé perfeccionando un deporte de alto riesgo: hacer pis en palitos (o en bandejitas, dependiendo del modelo de test elegido). Mañanas de test de ovulación primero (que a efectos prácticos funcionan como el test de embarazo, haciendo pis en un cosito que después cambia de color con el resultado) y mañanas / tardes o noches de tests de embarazo después... momentos en que estamos lejos de volcar prolijamente un líquido azul y dejar a la esperante con carita de tranquilidad y confianza en el futuro. Más bien estamos ansiosas por mear después de 3 hs de retención de líquidos y con cara de cagazo, resignación, etc. donde los minutos de espera se hacen eternos. Momento en que dan pocas ganas de sacar fotos. [confesión: al positivo sí le saqué foto, pero no tanto como recuerdo sino más bien para mostrárselo al padre de la criatura cuando llegara y preguntarle si entendía lo mismo que yo].


* Confirmado el embarazo, hay que hacer varios estudios médicos. La ecografía donde escuchamos los latidos y vemos a nuestro hijo (o a algo que nos dicen que es un embrión pero solo vemos una manchita blancas sobre un fondo gris) es sólo uno de los estudios. Algunas parejas hasta sacan fotos o filman el momento. Pero en otras situaciones queremos las cámaras lo más lejos posible. La curva de glucemia, por ejemplo... no es nada terrible, pero está lejos de ser elegante: una extracción de sangre, un jugo asqueroso, dos horas de espera haciendo nada y otra extracción. Para ese entonces yo ya portaba una panza importante, mucho mucho hambre y  sueño y sentía que debía ser fuerte y no vomitar ese líquido ultradulce que hay que tomar. La técnica que me sacó sangre se acordaba de mí dos meses después, cuando fui al otro estudio, que no sólo incluía análisis de sangre sino también hisopado vaginal y anal... y requería nuevamente retención de orina. Con panza de ocho meses, agradecí no ser una panzona famosa con una banda de papparazzi esperando en la puerta. Rajemos del laboratorio lo antes posible y que nadie me vea con esta cara de desastre.

* Otro momento nada fotografiable (hasta la partera nos dijo "no me manden fotos") es ese en que chequeamos fluidos a la hora de ir al baño, en especial al final del embarazo. Cualquier cambio o modificación en la cantidad - color - textura nos dispara la pregunta "será que perdí el tapón?" o, más urgente "eso es pis o estaré rompiendo bolsa?".  Y no nos animamos a compartir la inquietud con nadie, ni con nuestro marido, que ya bastante se bancó hasta ese momento. Teniendo a la partera en el whatsapp se entiende por qué nos pide que no le mandemos fotos.

* Atravesado el parto, con lo agotador y crudo del momento, viene el postparto... ese momento en que tenemos que lidiar con el cambio más grande de nuestras vidas: la llegada del hijo, pero también las pérdidas, los puntos, la dificultad para sentarse si te hacen episiotomía o para pararse si te hacen cesárea, la hinchazón generalizada, la panza que no se va del todo pero que en lugar de estar tersa y tierna es una cosa fofa que no queremos ni tocar. Por suerte para ese momento todo el mundo está entretenido sacándole fotos a la nueva criaturita, y ante cualquier comentario podemos mandar a todos a la mierda alegando emoción violenta por desequilibrio hormonal (o como dice una amiga, "puerperio feroz").

* Si tenemos la suerte de que funcione y las ganas de hacerlo, los días posteriores al nacimiento estarán dedicados a la dar la teta. Hay campañas fomentando la lactancia materna que indican todos los beneficios que tiene, con fotos y gráficos de posiciones para amamantar muy adorables, de hermosa comunión entre madre e hijo. Lo que no se dibuja ni fotografía es el enchastre que se genera, al menos hasta que todo el asunto se regulariza: el pibe suelta la teta sin avisar y una queda chorreando, para evitarlo la próxima se pone una toalla pero en ese momento el pibe come de más y lanza un montón de leche sobre su ropita y en el piso, para lo que traemos además de la toalla una babita para limpiarlo, pero la vez siguiente duerme un montón y producimos de más y entonces nos mojamos la ropa, y entonces a la babita y la toalla sumamos un protector mamario, y para la vez siguiente ya nos resignamos a usar una "camperita de lactancia", es decir un buzo hecho pelota que no nos da pena mojar o que el niño vomite, y así...

* No sé si echarle la culpa a las hormonas, a las molestias de la cesárea, al reacomodarme en esta nueva vida, al cansancio, al enchastre lactante, o a todo junto, pero mis ataques de llanto (directamente proporcionales a la dificultad para dormir del bebé) son una postal bastante penosa de mis primeros tiempos maternales.

* El líquido azul de las publicidades de test de embarazo y toallitas femeninas vuelve a aparecer en las publicidades de pañales. De todo el universo publicitario creo que las de pañales son las más engañosas. No sólo no hay manera de que ese bebé baile ula-ula, tampoco hay forma de que duerman 12 horas porque "están sequitos" y no hay manera de comparar ese líquido azul con las cosas que suelen encontrarse adentro (o alrededor) de los pañales. Pero esto ya lo sabíamos, los bebés hacen pis y caca y se ensucian y ensucian otras cosas (su ropa, el cambiador, el agua de la bañadera) y es nuestra tarea como padres dejarlos limpitos.  Y tratar de dejar limpio lo demás que haya ensuciado. Aunque nuestro buen gusto nos impida sacarles fotos en esos momentos, se llevan gran parte de nuestro día.

* Lo más ridículo que me encontré haciendo fue no sólo ir al baño con la puerta abierta sino además hablar con el niño, que miraba el techo desde su sillita [léase con voz de "le hablo al nene con esa vocecita impostada que prometí jamás usar en mi vida"]: "ya hiciste caca vos hijo, ahora tiene que hacer mamá, que tiene ganas hace como una hora pero tenía que darte la teta". Si el pequeño pudiera hablar seguro diría "Demasiada información vieja, hacé tranquila, llevate una revista y dejate de joder".