miércoles, 9 de agosto de 2017

Un paseo por el super

En el episodio de hoy: Madre e hijo de 2 en el supermercado.

- Fabri, dame la tablet, vamos a pasear
- No!
- Dale, hijo, vamos. Damela - pequeño llanto. Me ve con la campera y las llaves en la mano y se le pasa. - Vamos, que en un ratito volvemos. Si te portás bien, vamos a la plaza.
- Mhm! - afirma con la cabeza.
- Bajás caminando?
- Mhm!
Baja la escalera de la mano, camina media cuadra de la mano, vamos, qué éxito. A mitad de cuadra se queda parado y me mira. Hay que darle cuerda, hay que cantar. Cantamos "Despacito" para caminar despacio, y luego 1, 2, 3! A correr!!! Corremos. Frena de golpe. Despacito otra vez. A correr. A saltar los obstáculos. La cuadra es larga. Pasamos por la puerta de un colegio secundario y se quiere meter.
- No, Fabri, este es un colegio para grandes. No hagas berrinche, vamos.
Para cuando llegamos al super ya estoy agotada.

- Qué bueno, hay descuento en yogures.
- Wiiiiiiiii! - Grita contento como si entendiera.
Es hora pico en el Día%. Mucha gente. El niño se escabulle mientras miro la letra chica de la promo. Meto los yogures en la bolsa y lo persigo.

Compro las galletitas y la yerba con total tranquilidad. Siguen los éxitos, todo va bien. Vamos al sector fríos. Se quiere meter en la heladera. Reviso la fecha de vencimiento de la bandejita de carne y lo corro de nuevo.

Verdulería.
- Fabri, me ayudás a meter las papas en la bolsa?
- Mhm, pa-pa.
- Papas, sí. - Agarro la bolsita. Fabri agarra la primer papa. Pienso "ah, qué emoción, le estoy enseñando cómo comprar las papas". Mete la cuarta papa con mucho ímpetu, la bolsa se rompe, las papas ruedan. Fabri "wiiii yuipiiiiii" salta re contento y aplaude a las papas rodantes. Buscar otra bolsita, hacerle un nudito, volver a empezar.

Vamos a pagar. Hay mucha gente. Nadie me ofrece pasar antes. El niño es suficientemente grande para meter papas en bolsas, ya no merecemos pasar antes. Sector juguetes. Revisa, pero por suerte no pide. Sector golosinas.
- Fabri, elegí una golosina y después la comés.
Agarra los Rocklets. Me los trae. Vuelve y agarra dos paquetes de M&M mientras señala los turrones. Waaaaa Fabri pará. 
- Esto no, dejalo donde estaba.
Primer berrinche. Se le pasa cuando le doy sus Rocklets y le digo que espere a pagar. Entonces se va corriendo para la salida, para el extremo de la caja donde se supone que ya se pagó, con el paquetito de Rocklets en la mano. Dejo la bolsa en el suelo y lo persigo. Lo traigo a upa. Dale hijo, copate que falta poco, no te sientes en el suelo que es un asco. Empieza otro berrinche. Ya casi nos toca pagar. Pone los Rocklets en la cinta y se quiere ir corriendo para la puerta. Atajo al niño. 
- Hay que esperar un ratito para comer los Rocklets, paciencia que mamá tiene que pagar.
- Tenés tarjeta Día%?
- Sí, acá está. Fabri! Vení para acá! Te pago con débito, puede ser?
- Dale. Bolsita?
- No, gracias. Fabrizio dejá eso que está sucio. 
Pip, pip, pip, pasamos para el otro sector. Embolsar mientras miro que el niño no salga corriendo ni vuelva adentro del super ni se manotee algo ni regrese a buscar los M&M que no le compré ni me afanen la billetera mientras voy mirando cómo va la cuenta.
- Vos compraste milanesas?
- No, cerdo. Digo, ese carré de cerdo.
- Ah, pasame la bandejita. Mirá, se habían cobrado $1300 unas milanesas.
- ¡¿Qué?! Fabri, no salgas. Dejá de tocar las puertitas. Bueno, dale, tocá las puertitas. Contá los números de los lockers. Se hizo el descuento de las milanesas?
- Sí, sí.
Hijo se escabulle hacia las góndolas, entrando al súper de nuevo. Lo corro mientras pasan los últimos productos. Ya ni chequeo si alguien se los lleva. Dejo la billetera arriba de mi bolsa. Vuelvo con hijo a upa. Firmo el ticket con una mano mientras con el otro brazo lo sostengo a upa. Dejo los Rocklets a mano para que los coma en el camino de regreso. Reviso si tengo tarjeta, DNI y tarjeta Día% mientras la que venía atrás mío me empujaba para ir embolsando y ella, a su vez, le decía a su hijo [que a mí entender estaba re tranquilo] "no te traigo más eh! qué hinchapelotas estás!" 
- No se olvide sus tickets de descuento señora
- Ah, cierto, gracias! - No sé ya con qué mano los agarro, si las tengo todas ocupadas.
 
Ni chequeo a ver si se hizo el descuento de los yogures.
 
Volvemos. 
- Querés caminar, Fabri?
- No!
- Querés ir a upa de mamá?
- No!
- Bueno, muchas opciones más no hay.
Lo llevo a upa. Entramos al barrio y lo bajo para que camine. En cada encrucijada de caminos hacia los edificios va señalando cada dirección posible, como cuando mira Dora la Exploradora. En cada esquina le tengo que preguntar "vamos para acá o para allá?" Señala los caminitos correctos. Qué orgullo. Llegamos a la puerta del edificio. Mientras abro DÓNDE ESTÁ FABRIZIO?! Se metió atrás de una columna. Quiere jugar a las escondidas. Ay, dale hijo matame de un susto. Lo busco, se ríe, se vuelve a esconder, se vuelve a reir. No lo niego, es divertido. Pero no doy más. Entramos al edificio. Decime por favor que vas a subir las escaleras caminando y no a upa.
Le doy la mano. Subimos. En cada descanso señala los números de los departamentos y los dibuja en el aire. Yo aprovecho para recuperar el aliento. 

Llegamos al departamento. Corre a jugar con sus autitos. Le doy sus Rocklets mientras guardo las cosas. No doy más. Me tiro en el sillón. Recuerdo que le había prometido ir a la plaza, y recuerdo que me había prometido a mí misma no romper las promesas que le hiciera a mi hijo. Por suerte todavía no reclama. Viene en silencio, me sonríe y me mete un rocklet en la boca. 

Casi dos años y medio. Ternura y cansancio en partes iguales.
 
 


1 comentario:

  1. Divino post!!!!! Gracias por compartir la historia. Me llevó a una epoca que parece hace un siglo aunque sólo pasaron 10 años ��

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