viernes, 24 de abril de 2015

1 mes

Hace un mes salió de su primer hogar, de la cómoda panza de mamá, y llegó a este lado del mundo. Desde el primer momento vivió rodeado de abrazos y de gente que lo quiere. En este intenso mes tuvo que aprender muchas cosas... cómo comer, cómo lograr que le prestemos atención, que ensuciarse el pañal es un fastidio y que no dormir también lo es. Cada día está más despierto, aprendiendo y registrando cosas que ni imaginamos. Le gusta estar a upa, usar la teta de almohada después de comer y charlar mientras lo cambiamos. No le gustan los ruidos bruscos, como el que hacen las motos que aceleran de golpe, el desodorante en aerosol que usa mamá y los paquetes de galletitas. Cuando duerme tiene mucha paz y hace caras locas, a veces sonríe y otras frunce el ceño con fastidio.

Hace un mes llegó nuestro primer hijo y cada día se llenó de desafíos, cosas nuevas que aprender a cada momento y la dificultad de enfrentarlo todo con cansancio y saliendo de la operación. Debí reaprender de todo: caminar, subir las escaleras, bañarme, salir a la calle... pasado un mes ya estoy muy funcional otra vez. Y también tuve que aprender cosas nuevas, desde amamantar hasta cambiarlo, bañarlo y cortarle las uñas. Cada día hay pequeños triunfos cotidianos (que se prenda al chupete, que siga una voz con la mirada, que se quede despierto sin llorar) y bastantes obstáculos a superar, armados de mucha paciencia (enchastres en el cambiador, llantos sin solución aparente, no conseguir los pañales que queremos). En eso estamos... mientras el padre volvió a trabajar, llevando su estado zombi lejos de casa por varias horas, mi día está lleno de pequeñas tareas, siestas en horarios locos, malabares para agarrar el teléfono mientras doy la teta, etc. Cada vez que hablo con alguien no hago más que hablar del niño, del nacimiento, de mi cansancio y de lo difícil que es conseguir el Woolite para lavarropas (calculo que en algún momento volveré a tener conversaciones interesantes para el resto del mundo). Y cada noche me voy a dormir cayendo en la cuenta de que el que está ahí, en la cuna, haciendo ruiditos locos hasta dormirse, es nuestro hijo, el que tanto esperamos y que ya tiene un mes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario