miércoles, 8 de octubre de 2014

México, día 33: Escapadita a Teotihuacan

En el día de hoy voy a contarles un paseo muy esperado por mí en este viaje: Teotihuacan. Muy esperado porque es un sitio prehispánico suuuuper importante en Mesoamérica, porque tiene unas pirámides realmente admirables y porque la vez anterior que vine a México me había tocado una tormenta tremenda y mi recuerdo estaba pasado por agua. Además, me resultaba muy simbólico traer de paseo mi incipiente panza a este lugar, ya que hace solo unos meses tanto la panza como la ciudad me parecían algo totalmente lejano y difícil de alcanzar.

Bien, el sábado me levanté relativamente temprano, así en caso de que se largara la tormenta tuviera tiempo de recorrer [aquí últimamente llueve por la tarde o noche]. Salí rumbo a la otra punta de la ciudad, yo estoy viviendo en el sur y debía ir hasta la Terminal de Autobuses del Norte. Para ello debía recorrer casi toda la línea 3, hacer una correspondencia y luego viajar por una estación más. Bueno... esa correspondencia (estación La Raza) tiene un túnel larguísimo, se demora más o menos 10 minutos en recorrerlo y tiene exhibiciones de ciencia. Incluso en un sector las luces se apagan para dar lugar a una bóveda con estrellas, una especie de Planetario. Muy lindo todo pero me pareció un peligro tener un túnel tan transitado a oscuras. En fin... llego a la terminal de autobuses que es enooooorme y saco mi pasaje a las pirámides ($84 MXN ida y vuelta). Las terminales (de micros, aéreas, etc.) suelen gustarme porque uno toma conciencia del lugar donde está, y de todos los lugares donde puede ir. Micros hacia todo el norte de México salen desde aquí... claro, después uno se encuentra con limitaciones mundanas como el tiempo y el dinero (o la falta de ellos, claro). 

Algo que me llamó la atención es el tema de los controles de seguridad. Ni para comprar el pasaje ni para subir al micro se pide ninguna identificación. Sin embargo, para pasar a las plataformas hay que cruzar un detector de metales, te palpan como en el aeropuerto, te vuelven a palpar antes de subir al micro... y una vez arriba sube alguien con una cámara filmadora y toma una imagen del rostro de cada uno de los pasajeros. La operación se repite en dos o tres de las siguientes paradas que hace el micro en la autopista... Bien, pero esto no le importa a nadie, lo lindo viene unos 45 minutos después al llegar a Teotihuacán.

El parque arqueológico es muy grande, y tiene 3 entradas: Puertas 1, 2 y 3 (en realidad hay 2 más que están del otro lado, el bus que viene de México llega a las primeras tres). El costo de la entrada es de $59 MXN. Se puede entrar por cualquier puerta, la 1 es la más alejada de las pirámides, aunque se las puede admirar perfectamente de lejos. Se recomienda llevar gorro, agua [aquí sí se puede pasar con agua] y protector solar. El día tenía un clima raro así que apliqué el principio de vestirme como cebolla... para bancarme el fresco de la mañana y el sol del mediodía en el parque.

¿Qué es Teotihuacán? O tal vez convenga empezar por ¿Qué NO ES Teotihuacan? Teotihuacan NO ES una construcción azteca ni muchísimo menos maya. Teotihuacan es una ciudad (con todas las letras) mucho más antigua que el imperio azteca, asentado en Tenochtitlán y sus alrededores (actual ciudad de México), descubierto y conquistado por Hernán Cortés, etc. etc. etc. La ciudad mesoamericana de Teotihuacán tuvo su esplendor en el período Clásico Temprano... desde el 200 hasta el 600 d.C. Imaginen: en la época de la caída del imperio Romano, Teotihuacan contaba con una población aproximada de 150.000 habitantes, siendo la ciudad más influyente de Mesoamérica hasta su parcial abandono en el siglo VII. ¿Por qué "cae" Teotihuacan? No se sabe, pero esta caída con seguridad afectó a toda la región. Hay muchísimos trabajos sobre la influencia de esta ciudad en el resto de Mesoamérica. ¿Por qué digo todo esto? Primero, porque Teotihuacan es mucho más que dos grandes pirámides. Y segundo, porque insisto e insisto: no es una ciudad azteca. Más allá de que muchos libros ilustren "El imperio azteca" con fotos de las pirámides del sol o la luna. Más allá de que los nombres de las construcciones estén en lengua nahuatl (que era la hablada por los aztecas): no se sabe qué lengua hablaban los habitantes de este lugar. Más allá de que en el mismo sitio haya a la venta remeras con la inscripción "Teotihuacan" y la estampa de la Piedra del Sol... azteca. Me crucé con varios turistas (extranjeros pero también mexicanos) que conversaban entre ellos "¿Esto es azteca? Mmm no, creo que es maya?". Pues nada: Teotihuacán es teotihuacano.

Hecha toooda esta aclaración, que me sentía moralmente obligada a hacer, va la parte turística: Desde la puerta 1 se accede a "La Ciudadela", uno de los extremos de la ciudad. Se descienden unos escalones y se ingresa a una plaza muy amplia con una pequeña construcción en el centro, y una pirámide (bastante más baja que las dos principales) en un extremo. Se puede subir para apreciar bien las grandes esculturas del Templo de la Serpiente emplumada (o no subir y verlas desde un costado). Luego, desde la Ciudadela hacia las pirámides, que ya se ven muy bien, se atraviesa la Calzada de los Muertos. Acá no había muertos, es el nombre que le pusieron los aztecas al conocer la ciudad ya que pensaban que las construcciones de los alrededores eran tumbas. La Calzada de los Muertos es una calle amplia y recta, donde se suben y bajan escaleras de a poco, rodeadas de construcciones a ambos lados. Desde el inicio de la caminata hasta el final, en la Pirámide de la Luna, hay 2 km. Está bueno caminarlo despacio, disfrutando del paisaje y del lugar donde uno está, buscando sombra (si hay) y tomando agua para no deshidratarse. 

Luego de un rato de caminata se llega hasta la zona principal, lo que todos quieren ver: la Pirámide del Sol. Es una pirámide muy grande, de 63 mts de altura y más de 200 mts de cada lado... y se puede subir. Son en total 238 escalones hasta llegar a la cima, con bastantes descansos. Eso sí: los escalones son altos así que hay que ir con cuidado y sin atolondrarse. La vista desde arriba es hermosa... al menos según lo que yo recuerdo, porque por cuestiones embarazosas (cuac!) decidí no subir. 
Un poco más adelante se encuentra la Pirámide de la Luna, enmarcada por el Cerro Gordo. Es más baja y no puede subirse hasta la cima, sólo hasta la primera parte: 48 escalones. Ahí sí me animé: subí con tranquilidad, me senté en un rincón a disfrutar la vista, saqué fotos y me quedé un rato. 
En el complejo y en los alrededores hay muchísimo más para ver: museos de pintura mural, conventos coloniales y hasta un restaurante en una gruta. Pero ya saben que últimamente me canso rápido y decidí volver a casa.

Algunos detalles: al ser una de las principales atracciones turísticas de toda la zona, hay mucha gente. Sin embargo, al menos en este caso, no parecían molestar: el lugar es muy amplio y hay espacio para todos. Hay que ir con cuidado en las subidas a las pirámides, pero la ciudad de México (con sus multitudes y sus miles de escaleras en el metro) ya te va entrenando para eso. También hay muchos, muuuchos vendedores de artesanías y recuerdos: se te acercan bastante y te ofrecen de todo, insisten e insisten. Con un "no, gracias" alcanza. Algunos son muy creativos: una decía "Compren algo, que quiero ir a Cancún en avión y no en burro" y otro "Señorita, llévele algo a su novio, o a su marido. ¡O a su amante!". Amigos, familiares: no esperen regalitos teotihuacanos, no compré nada. 
Ciudadela

Pirámide de la Serpiente Emplumada

Pirámide de la Luna y Calzada de los Muertos 

Becaria con gorra de Los Pumas, con Pirámide del Sol de fondo




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