domingo, 12 de octubre de 2014

México, día 40: encantador paseo por Taxco

Ayer abandoné mi hippismo viajero y me embarqué en una excursión contratada: no me quería arriesgar a viajar sola tan lejos de la ciudad. Así que arranqué tempranito y me dirigí al hotel donde, a las 9 am, me pasaba a buscar el transporte. Salí con poco tiempo así que me tomé un taxi en lugar de ir en metro (me dolió el bolsillo buuu). Llegué a horario, me dispuse a esperar en el elegante lobby y 9.10 se acerca un empleado: "Usted es Laura Gabriela?" "Sí" "Tiene un llamado". Fuaaa me sentí importante. 
Eran los de la excursión para decirme que el flaco con el que yo había cordinado se confundió de horario, que era 8.30, pero que volverían por mí. "La demora depende del tránsito". Grrrrrrr. Podría haber venido en metro! En fin, me fui al bar del hotel a tomar un café con leche y a mirar el noticiero, que iba contando la pesada situación política y social en el estado de Guerrero... al que yo me dirijo. 

Recién a las 10 llegaron. Pero lejos de enfurecerme me subí contenta a la combi que nos llevaría, a otros cinco turistas y a mí, hacia Cuernavaca (estado de Morelos, a 85 km al sur de la Ciudad de México) y Taxco (estado de Guerrero, a unos 160 km al sur de DF). El guía era un señor muy simpático, que nos dio la charla en un inglés bastante rudimentario. También había dos chilenas, una polaca (que no sé si entendía algo) y dos norteamericanos de Washington DC que trabajan para el Departamento de Estado. Casi les pregunto si realmente están planificando atentar contra Cristina, pero me cambiaron de tema "Oh! History teacher! How interesting!!". 

Una vez que se sale de la Ciudad de México hacia el sur el camino es muy bonito, entre montañas boscosas y campos cultivados. Un poco antes del mediodía llegamos a Cuernavaca, una bonita ciudad serrana de Morelos conocida como "la ciudad de la eterna Primavera" por su buen clima y sus balnearios turísticos; es una zona de descanso desde tiempos precolombinos. Esta región cayó bajo el dominio de los aztecas y, luego, de los españoles; aquí Cortés estableció una residencia (el Palacio de Cortés) que aún se puede visitar, aunque mi tour la pasó de largo. Nosotros sólo visitamos la Catedral de Cuernavaca, uno de los primeros conventos católicos construidos en México por los franciscanos (menos de una década después de la conquista), dedicado a Nuestra Señora de la Asunción. La Catedral cuenta con una iglesia más grande y dos pequeñas capillas, con decoración relativamente sencilla del siglo XVI, acompañado por lindas fuentes y jardines. Es un paseo bonito aunque breve, y pronto continuamos viaje hacia Taxco.

Si el camino del DF a Cuernavaca es lindo, el camino desde allí hacia Taxco es mucho mejor. La ruta que se toma es la misma que va a Acapulco, y todos los carteles indicadores dan muchas ganas de no volver a la gran ciudad y dirigirnos a la playa (que bueno, también es una gran ciudad, pero con playa). Taxco también es una ciudad colonial, que comenzó como un centro minero ya que allí se encontraron yacimientos de plata, y todos sabemos que esto a los españoles les resultaba interesante. Parece que a estos muchachos tanta conquista les generó nostalgia de su tierra natal, ya que comenzaron a construir la ciudad a imagen y semejanza de ciudades andaluzas, como Granada. Esa fue la impresión que me dio al conocerla, y eso que yo Granada sólo la conozco por fotos: en la falda de la montaña muchísimas casitas blancas con tejas españolas y callejuelas pequeñas de piedra, donde se asoman los balcones con macetas llenas de flores y se divisan las cúpulas de montones de iglesias. Almorzamos en un restaurante con unas vistas de la ciudad muy bonitas, y durante el paseo caminé por muchas callejuelas angostas con bastante gente y autos (uffff!). En este paseo sólo estuve un par de horas, pero hay muchos hoteles para disfrutar de la ciudad durante algunos días. 

En el centro neurálgico de la ciudad se erige la iglesia de Santa Prisca, construida en el siglo XVIII en estilo barroco churrigueresco, con fachada en color rosa e interiores bien cargados con altares de hoja de oro. Esta iglesia fue construida en tiempo récord encargada por uno de los mineros más ricos de la zona, José de La Borda, empresario en Taxco y Zacatecas. Según nos contaba el guía, la construyó en agradecimiento a Dios por su ayuda en su éxito, y para su hijo que había decidido convertirse en cura. ¿Será cierto? Como sea, la iglesia es el punto principal de la ciudad, y a su alrededor hay restaurantes, bares, y muchos muchos muchos artesanos y locales de platería. 

La plata, como decíamos, fue lo que motivó la fundación de la ciudad; ahora es una de las principales fuentes de ingreso con una gran industria joyera. Hay muchísimos locales donde se puede comprar de todo, desde pequeñas cositas de $100MXN hasta... bueno, hasta el precio que imaginen. Además aquí hay ferias de plata y los plateros compiten con sus productos; muchas de sus piezas ganadoras están exhibidas en los locales. Yo, sin pensar en los altos precios, había pensado comprar muchos regalitos taxqueños pero, bueno... no lo hice. Hay muchos otros mercados en los alrededores de la plaza, llamados "tianguis de plata", donde se encuentra de todo, a menores precios y seguramente de menor calidad. También hay, por supuesto, muchísimos artesanos callejeros de lo que se les ocurra. No es necesario que uno se acerque a ellos, ellos no tendrán problema en acercarse a cualquier turista que circule. Se compre o no se compre plata, el paseo vale la pena: perderse por las callecitas de la ciudad, tomar un helado en la plaza, encontrar las vistas de todas las casas blancas y sus tejas terracota es muy lindo. 

Según nos contaba un guía, fue en uno de los conventos de esta ciudad donde Iturbide redactó el Plan de Iguala, asentando los principios sobre los que se basaría la nueva nación independiente. O algo así... pensar que en el final de América III me preguntaron eso (qué era el Plan de Iguala) y le dije al titular "la verdad, no tengo ni idea". Qué vergüenza, ahora me van a expulsar del país por bestia. "Perooo perooo Teotihuacán no era aztecaaaaaaaa" gritaré cuando me deporten. 

En resumen: aguante Taxco, es re lindo. 

Iglesia de Cuernavaca


Taxco

Taxco desde el restaurante, con Catedral de Santa Prisca de fondo

Catedral de Santa Prisca, Taxco

Callejuelitas de Taxco





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