jueves, 11 de septiembre de 2014

México DF, día 10: algunos contratiempos

[antes de que sigan leyendo: no se preocupen! No pasó nada grave!]

Bueno... ya estamos a jueves y hace bastante (?) que no escribo. Estos días fueron cansadores pero productivos, de bastante trabajo. En el curso que estoy haciendo hay varias cosas que no entiendo, son todos expertos, pero con algo de atención aprendo bastante. Igual hoy me hice la rata, jiji, ya les contaré. 

El lunes arranqué el curso por la mañana. Bueno, "mañana" es un término relativo. El curso es de 10 a 12 y de 12.30 a 14.30. El recreo de las 12 es recreo de café... y el almuerzo recién después de las 14.30! Pero ya me voy adaptando a estos horarios locos. Después del almuerzo un rato de biblioteca y a casa. Nada destacable.

El martes arranqué la rutina igual, pero después del curso me fui a cambiar USD... Me dirigí primero a los bancos de "Tienda UNAM" (ahí hay de todo, incluyendo varios bancos). Hice la fila y cuando llego a la caja "no, sólo podés cambiar divisas si tenés una cuenta en este banco". Voy al banco de al lado a consultar, y lo mismo. Pero ahí un empleado me explicó que en una casa de cambio podía cambiar sin dramas, y me mandó a la más cercana: tomás el metro, bajás en la próxima estación, salís a la izquierda por Eje 10 hasta la esquina con Av. Universidad, ahí hay un WallMart con casa de cambio. Ah, genial! Acá nomás. PUES NO. El muchacho me hizo un esquemita donde parecía que de la estación al WallMart había una cuadra, pero eran más o menos diez. La bendita plaza comercial no aparecía más. Y yo con campera (¡es que a la mañana hacía frío!), caminando sin saber muy bien cuánto faltaba. Al fin llegué, hice el trámite, me fui... "bueno, busquemos un lugar para comer". Sólo había autos y colectivos (aquí llamados "peseros") y autos y colectivos. Mah sí, volví al metro y a "mi" barrio donde al menos conozco las cosas y algunos restaurantes. Al final regresé a casa con la panza y la billetera llenas. Bueno, llenas... Tampoco piensen que soy millonaria.

Al día siguiente... me quedo dormida. Esto de dormir de corrido sin molestias del embarazo se hace vicio... Pero sin apuro me levanto, me arreglo y estoy lista para salir. Teléfono, mochila, llaves... llaves? ¿Dónde están las llaves? ¿¡Y las llaves!? Y bueno, las llaves no aparecen por ningún lado. Ya fue. Empiezo a hacer memoria y recuerdo haberlas tenido en la mano cuando fui a la oficina de la dueña de casa... y seguro que están ahí. En esa oficina frente a mi dormitorio que está cerrada con llave. "Bueno, la llamo a la señora y se arregla todo". No tengo crédito en el teléfono. Arghhh. Podía haber salido de casa sin drama, se puede salir sin llave... pero no se puede volver a entrar. Ya fue... esperemos a que venga alguien. Me tiré en la cama a mirar series (última temporada de The West Wing, llegué 7 años tarde pero qué buena que está!) y a esperar whatsapeando con las chicas. Al rato se me ocurrió que dado que la dueña de casa vive acá al lado, podía ir a tocarle el timbre. Salí, trabé la puerta de salida, ubiqué a la señora que al rato vino y sí... efectivamente ahí estaba mi llave. Y así se fue la mañana. 

Llegué a la facu para el 2do turno de la clase (menos mal que tienen estos horarios locos!) y luego el profesor que organiza todo me invitó a almorzar, junto con el profe que dicta el curso y otras dos chicas. Estuvo bueno, conversamos un poco de todo: cosas académicas, religión, gastronomía y chistes varios. 

A la noche fui a cenar y comí rico... pero tal vez demasiado abundante. Pasé toda la noche descompuesta y cansada, me desperté un par de veces de madrugada, digamos que estoy viviendo The full pregnancy experience, para que no parezca que todo es dulce en esta espera. Por este motivo hoy me levanté tarde y hasta no sentirme óptima no salí de casa. ¡Por eso mi rateada! 

El último contratiempo fue la granizada que me agarró mientras comía en el hermoso patio del instituto. Pensé que eran pelotitas que caían de algún árbol... pero no. Así que levanté mis petates y terminé de almorzar en el pasillo :P 

Algunos detalles que voy descubriendo: no hay regalitos de perro en la calle, una puede caminar mirando hacia adelante casi sin peligro de pisar una sorpresa :D Tampoco hay muchos perros ni gatos sueltos por ahí, aunque sí hay mascotas que pasean con sus dueños (ayer ví mis primeros chihuahuas mexicanos auténticos). Y en los patios y terrazas de la UNAM hay ¡ardillitas! A los saltos por todos lados. Pero son muy rápidas y aún no pude sacarles fotos. 

La buena noticia para compensar los pequeños contratiempos: ¡lunes y martes próximos son feriados! :D Así que ya voy pensando los paseos a hacer.

Nos vemos pronto! No sé a qué hora, pero en el mismo lugar. 

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