lunes, 29 de septiembre de 2014

México DF, día 27: Tlalelolco y Basílica de Guadalupe

Hoy hice algo que no hay que hacer: "almuerzo y a la tarde salgo de paseo". Comenzar el paseo (es decir, entrar al metro) a las 15 hs. no es buena idea, al menos en temporada de lluvia. Si el día está soleado, hay que aprovecharlo. Pues bueno... hoy me levanté, desayuné en casa y a eso de una y media salí a almorzar. Tipo 15 hs. me metí en el metro y bajé en Tlatelolco... el viaje habrá durado 20 minutos y en ese período el cielo pasó de estar "algo nublado" a "totalmente encapotado". Conclusión: partes del paseo estuvieron acompañadas de lluvia fuerte y regresé a casa con las zapatillas de trekking y las medias empapadas. Es que si hubieran visto el cielo al mediodía ni locos se hubieran puesto botas de lluvia.

Dicho esto: el recorrido del día me llevó al norte de la ciudad (est. de Metro Tlatelolco, línea 3; a unos 2 km del Palacio de Bellas Artes derecho por Eje Central Lázaro Cárdenas). Quería conocer la Plaza de las Tres Culturas, llamada así porque cuenta con construcciones prehispánicas, coloniales y modernas. Además, la Plaza de Tlatelolco es tristemente célebre por dos situaciones trágicas: fue uno de los sitios prehispánicos que cayó en manos de los españoles en 1521, y allí ocurrió la matanza de estudiantes de 1968, a pocos días de que comenzaran los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México. Les dejo este texto de Elena Poniatowska que explica muy bien lo que ocurrió en ese momento. 

Al salir del Metro me encontré desconcertada, no había forma de saber para dónde salir ya que la estación está rodeada de monoblocs. En rigor, el "Conjunto Urbano Nonoalco de Tlatelolco" es uno de los barrios de monoblocs más grandes de México, construido en los años '50-'60 [igual que mi casa!]. De lejos se me notaba que era turista, encima me fui vestida de colores llamativos... pero bueno, pregunté a un mozo el camino, puse mi mejor cara de "Papá, soy de Parque Avellaneda, aguanten los monoblocs" y fui para la Plaza. La Plaza incluye el sitio arqueológico de Tlatelolco, o al menos parte de él (debe haber bastante bajo las calles), y la entrada es gratis. Tiene un diseño similar al Templo Mayor, sumando un amplio espacio abierto donde en época mexica se asentaba el mercado; se nota que es una zona menos turística porque "museísticamente" está un poco abandonado. Pero se puede recorrer el sitio por los caminos indicados, y hay relativamente poca gente. En un sector de la Plaza se encuentra el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, fundado por los mismísimos Sahagún y Zumárraga; no pude visitarlo porque estaba cerrado, y tampoco pude entrar al Centro Cultural Universitario (ex-sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores). En otro sector de la plaza hay una amplia explanada con un monolito recordatorio de la matanza de 1968... ocurrida un 2 de octubre; al faltar poco tiempo para el aniversario estaba cubierta de coronas de flores y había un par de personas filmando una nota periodística sobre el tema. Frente a la plaza está uno de los monoblocs, el edificio "Chihuahua", desde donde se sospecha comenzaron los disparos. Pone la piel de gallina pensar en todas las cosas que ocurrieron en ese lugar. 

Al retirarme de la plaza comenzó a llover cada vez más fuerte. Una chica prevenida siempre sale con paraguas, y en este primer tramo alcanzó. Con valentía decidí continuar con el plan trazado y llegar, tras un par más de estaciones de metro, a la Basílica de Guadalupe. Con más valentía caminé las cuadras que separan la Basílica de la estación, ya que la lluvia caía cada vez más con más fuerza (ahí comenzaron a mojarse las patitas). Pero, oh! ¿Casualidad? ¿Milagro? Apenas entré al grandísimo espacio frente a la Basílica la lluvia se detuvo, y el cielo se volvió un espectáculo de nubes grises, nubes blancas, manchas celestes y arco-iris. 

La Basílica de Guadalupe es en realidad un conjunto religioso enorme, que cubre parte del Cerro Tepeyac y que incluye: la basílica actual (de los años '70), la basílica antigua (súper torcida, como los edificios antiguos de la ciudad), el Convento de las Capuchinas, varias capillas, un museo y un jardín grande y muy cuidado con las escaleras que suben el cerro hasta la Capilla del Cerrito. Vale la pena subir, ver todo el complejo desde arriba y la tormenta desatándose sobre distintos rincones de la ciudad. 

La Basílica de Guadalupe es tan importante para los mexicanos como la de Luján para el catolicismo argentino; pero en números lo es mucho más: según Wikipedia es el "recinto mariano más visitado del mundo, superado solo por la Basílica de San Pedro".  La historia sostiene que fue en este cerro donde el indio Juan Diego (ahora San Juan Diego, canonizado por Juan Pablo II) tuvo las apariciones de la Virgen en una fecha tan temprana como 1531. Cuando Juan Diego se dirigió al obispo de México para contarle lo ocurrido y desplegó el paño en el que llevaba unas flores, ahí estaba impresa la imagen de la Virgen con rasgos mestizos. La historia de Guadalupe y su relación con la identidad mexicana es más que interesante, y no la voy a contar acá. 
La Basílica moderna tiene un diseño muy particular, es redonda, tiene muchísimas puertas y un techo irregular que en su momento (cuando viajé la primera vez) me pareció horrible... y cometí el error de decírselo a una devota de la Virgen (no lo hagan). Hoy lo aprecié con otros ojos. Podemos decir que no le falta estilo ni personalidad.
Apenas salí de la Basílica se largó a llover de nuevo (¿será que la Virgen quería que me quedara?), acentuando el proceso de ensopamiento de mis zapatillas. Así que emprendí el regreso. No sé si por la cara de cansada o porque realmente se me está empezando a notar la panza, un buen hombre me cedió el asiento (wiiiiii). A la vuelta descubrí un lugar donde comprarme tacos (más wiiiii), así que regresé, me sequé los pies y me dispuse a disfrutar de mi cena.

Mi duda ahora es ¿se secarán las zapatillas antes de mi regreso? Déja-vu de mi viaje de 2008: en ese momento visité la Basílica de regreso de Teotihuacán, llovió todo el día, volví con las zapatillas empapadas, no se secaron y las terminé dejando acá. Ok, sí, sólo me faltaban dos días para volver a casa, pero no es un buen antecedente.

Memorial de la Matanza de Tlatelolco 

Tlatelolco prehispánico y colonial 

Basílica de Guadalupe

Monumento de Juan Diego, el obispo y la aparición de Guadalupe

Vista desde el Cerro Tepeyac

Interior de la Basílica moderna




No hay comentarios:

Publicar un comentario