jueves, 18 de septiembre de 2014

México DF, día 17: Polyforum y World Trade Center

Hoy conocí nuevos rincones de la ciudad y un nuevo medio de transporte. Como debía hacerme un estudio médico (¡que por suerte salió bien!) me dirigí al World Trade Center, una torre de oficinas y comercios ubicada cerquita de la Av. Insurgentes. Como temía llegar tarde a la cita, salí con mucho tiempo de anticipación. El día amaneció totalmente despejado y tibio, así que salí por primera vez sin paraguas. Una pequeña caminata rodeando los Viveros, hasta conseguir un pesero (colectivito) que me acercara hasta el siguiente paso: la parada de Metrobus.

El Metrobus es... un metrobus en serio. El boleto se paga con tarjeta cuando se entra al andén (como en el metro, de hecho la misma tarjeta sirve para ambos). Yo no tenía tarjeta, pero la compré ahí mismo en la estación en unas maquinolas destinadas a venta y recarga. La estación es pequeña, y ahí sube la gente que va en ambas direcciones del Metrobus. Por suerte como pasa con frecuencia no se llena demasiado... o al menos no pasó eso cuando yo estaba esperando. El recorrido de esta línea de Metrobus es de 17 km, y puede combinarse con otras líneas que la cruzan, como si fuera el metro. El precio es el mismo independientemente del recorrido. En la estación se indica bien en qué parte se abren las puertas del bus, hay buses simples o con fuelle en el medio, y una vez arriba se recorre un carril exclusivo con boulevard arbolado en el medio [sí, Macri, se puede hacer metrobus y mantener árboles al mismo tiempo!]. El trazado del Metrobus complementa al del metro: no hay un metrobus por arriba de una línea de metro como en la 9 de julio, sino uno por una avenida alejada del metro (como Juan B. Justo). En resumen: ahora que aprendí a usarlo me hice fan del auténtico Metrobus. 

La línea que tomé recorre la Av. Insurgentes, y es muy linda, muy comercial, muy poco insurgente, ja. Tiene shoppings, restaurantes, edificios muy modernos de bancos y empresas (como Catalinas Norte, pero durante muchos kilómetros), veredas amplias y arboladas. También pasé por el Parque Hundido, llamado así porque está por debajo del nivel de la calle. Parece muy lindo, ya iré de nuevo. Finalmente y luego de esquivar muchos pasajeros (el Metrobus también se llena, claro) llegué a la estación correspondiente, "Polyforum". Como llegué súper temprano pude pasear un poco.

El Polyforum Siqueiros es un museo que alberga un gran mural con el rimbombante nombre "La Marcha de la Humanidad", pintado por uno de los grandes muralistas mexicanos, David Alfaro Siqueiros. Tal vez les suene su nombre porque también puede verse un mural suyo en el Museo del Bicentenario en Buenos Aires, exhibido luego de un largo período de abandono y posterior restauración. En este museo está el mural interior, el más grande del mundo, que combina pintura y escultura en la bóveda del primer piso. Allí hay un amplio espacio cultural donde se realizan distintas actividades; en la planta baja hay actualmente una exhibición de arte. Lo que más me impactó fue la fachada, también con paneles exteriores pintados por Siqueiros, y un muro con retratos de los muralistas mexicanos. Les debo saber de qué material está hecho. La entrada al Polyforum vale $15.

A la vuelta del Polyforum está el World Trade Center, un edificio que según me contaron estuvo abandonado y sin terminar durante décadas. Recién en los años '90 se inauguró como Centro de Convenciones, espacio de oficinas, centro comercial, cine y con algunos bares. Desde lejos se reconoce porque es una mole azul de vidrio con una cima circular, ya que arriba de todo tiene un restaurante giratorio. Para entrar al WTC hay que registrarse como visitante, dejando una identificación y tras la toma de una fotografía. Hay que tomar el ascensor correcto ya que no todos paran en todos los pisos. Luego de una larga espera y una larga ecografía, me fui con mis resultados y buenas noticias a celebrar y regalarme un almuerzo giratorio con vista a la ciudad. El día despejado y libre de smog lo ameritaba. El restaurante no es barato, mucho menos si una viene acostumbrada al menú estudiantil, pero tampoco es imposible (plato, bebida y té a partir de unos 22USD). También se puede ir solo a "tomar algo". Obviamente me pedí lo más barato jijiji. El lugar demora alrededor de una hora en dar toda la vuelta, la comida es buena y las vistas son inigualables: la ciudad, las montañas lejanas pero también las más cercanas y habitadas, los parques, las autopistas. Sin conocer toda la ciudad, pude ubicar algunos puntos importantes como la Av. Insurgentes, la Av. Reforma, el Bosque de Chapultepec y el aeropuerto. Si tienen tiempo pueden visitar esta zona que contrasta enormemente con la bohemia de Coyoacán y la antigüedad del Centro Histórico. 

Dejo unas fotitos, nos vemos la próxima!








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