martes, 16 de septiembre de 2014

México DF, día 15: Celebraciones de la Independencia

Hoy les escribo desde un día atípico en la ciudad: es feriado, con muy poca gente en las calles y mucho silencio. No llovió ni ayer ni hoy, me levanté sin despertador y con el ruido de los pajaritos, muy idílico todo. [Igual al rato el cielo se llenó del retumbar de los aviones en el desfile militar, así que el silencio duró poco.]

¿Qué se festeja? Básicamente, el inicio del movimiento de independencia el 16 de septiembre de 1810. Pero para simplificar, digamos que es el "día de la Independencia", y tiene una importancia similar al 25 de mayo en Argentina. No quiero hacer un paralelismo reduccionista, diciendo que los mexicanos son más patriotas que los argentinos por cómo se celebra. Pero es cierto que el festejo implica mucha más participación popular que un simple "día sin trabajar". 

Los festejos comienzan en la noche del 15, cuando se celebra "el grito", donde básicamente se rememora el Grito de Dolores, que según la tradición es el evento que dio inicio a la guerra de independencia. La joda comienza temprano; en la plaza de Coyoacán se montó un escenario donde desfilaron artistas desde la tarde. Yo fui hacia allá a eso de las nueve y algo, y mi preocupación por andar sola se terminó apenas crucé la puerta de calle: el tránsito en el barrio era súper intenso, y ya casi no había lugar para estacionar. La gente se iba sumando, las calles que rodeaban a la plaza estaban cerradas cuatro o cinco cuadras antes, y para cuando llegué éramos una multitud. Los bares estaban llenos, había ferias y juegos mecánicos en las calles adyacentes, mucho color, música y puestos de comida. La gente se disfraza: se ponen gorros, pelucas, pestañas postizas, vestidos para las niñas, trajecitos de patriota para los niños, vinchas con flores, caritas pintadas... como si fueran las coloridas hinchadas del mundial de fútbol, pero en la ciudad. Yo me compré una minibanderita, porque claro, el mexchandising era mucho más caro anoche que durante los otros días de la semana. Una banderita que antes estaba $20 ayer salía $60. La gente festeja como se le ocurre mejor: un mexicano envuelto en su bandera y con su bulldog vestido al tono, o incluso un flaco vestido de Batman (?). 
Mientras buscaba un lugar en la plaza, la cantante (que tiró unos cuantos temas en inglés, como para no comernos esto del patriotismo 100%) convocó a uno de sus coristas, "Rúben", a unirse en un tema a dúo. Y un pibe atrás mío dijo "Robben está aquí?! Pero... pinche Robben! No fue penal!". Se ve que las heridas del mundial nos duelen en todas las latitudes. Casi le doy un abrazo fraterno. 

A las 23 horas las autoridades correspondientes (el Presidente en el Zócalo, los gobernadores, presidentes municipales, etc.) arengan a la gente reunida en la plaza para celebrar a los héroes de la independencia. Comienzan indicando quiénes acompañan en el palco oficial, recibiendo a la bandera y explicando por qué es importante el evento. Cuando estuve en 2008 en Palenque, se habló de la importancia de "defendernos contra los españoles", mientras que ayer se enfatizó el "defendernos contra la injerencia de cualquier gobierno extranjero", luego de mencionar la invasión norteamericana sufrida en el siglo XIX. Y luego sigue una arenga más o menos así [después de cada frase, todos responden con un ¡Viiiivaaaa!]: 

¡Mexicanos!
¡Vivan los héroes que nos dieron patria!
¡Víva Hidalgo!
¡Viva Morelos!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Allende!
¡Vivan Aldama y Matamoros!
¡Viva la independencia nacional!
¡Viva México! 
¡Viva México! 
¡Viva México!

Ahí explota la plaza, la gente celebra, aplaude, vuelan papelitos, se canta el himno y comienza la parte que más me gusta: los fuegos artificiales, obviamente en su mayoría blancos, rojos y verdes ("Mamá! Qué chido!" decían los nenes). Y luego sigue la fiesta: la gente se anota en los juegos, compra comida en los puestos, o escucha los conciertos que siguen hasta entrada la noche. Ayer estaba llamado Alex Syntek, que parece que es famoso por estas latitudes. Quise quedarme a escucharlo, pero el cansancio y la incomodidad (dos horas y pico parada y rodeada de gente... mmm... suficiente) me hicieron volver a casa. 

Hoy, la ciudad está como con resaca. Hay gente en la calle, es feriado, no un día post-apocalíptico. Pero está bueno bajar el ritmo. Así que hoy salí de caminata, fui a almorzar tranquila y con el postre (pastel tres leches) venía... decoración patriótica: le agregan kiwi y frutilla para combinar los colores. Son días de mexicanidad al palo. Para compensar, meriendo una vauquita como para no olvidar de dónde vengo.



Plaza previa al grito, las multitudes estaban en otros lados y las fotos no salieron bien
Fuegos artificiales

Postre Patriótico


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