viernes, 26 de septiembre de 2014

México DF, día 25: rutina universitaria

[advertencia: los precios están en $ Mexicanos, que calculando al dólar-tarjeta del día de hoy, están casi en paridad con los $ argentinos.]

Esta semana fue de bastante trabajo, no tuve feriados ni estudios médicos ni nada de eso, así que mis días fueron tales como querría el General: de casa al trabajo y del trabajo a casa. 

Como el laburo es bastante flexible, mis horarios se organizan según lo que decide mi revolucionado cuerpo: hay días en que duermo como tronco y otros en los que me levanto bien temprano. Hay días en que tengo náuseas y sólo tomo agua helada, y otros en que muero de hambre y necesito un desayuno bien completo, con jugo de frutas, huevos revueltos, pan con frilojes refritos, etc... 

El lugar donde vivo es súper tranquilo: en el piso de arriba de la casa hay otra habitación además de la mía. Allí se está alojando una estudiante colombiana, y en estos días se quedan también su mamá y su tía. Como buenas mamá y tía, se ocupan de que su hija y sobrina se alimente bien, y como me cruzaron en el pasillo el otro día me invitaron a desayunar con ellas. Estuvimos un buen rato comiendo y conversando: había café colombiano, que tuve que rechazar porque ya era demasiada cafeína para mi pobre criaturita, frutas, leche, hotcakes con mantequilla y miel y unas galletitas de maíz que aporté. Una bomba. Hablamos de todo un poco, de Colombia, de Buenos Aires y de qué guapos que son los argentinos (aaawwwww sí chicos, son muy churros). Ahora se fueron de paseo y las extraño.

Me estoy acostumbrando al desayuno móvil: pasar por algún café, comprar la bebida y llevarla con tapa y bombillita (acá bombilla = popote). Siiiii, café con bombilla. Y en la misma compra suelo incluir una botellita de agua, porque siempre hay que andar bien hidratados en DF, para prevenir los efectos de la altura y de la contaminación. Café latte "normal" en "La Hija del Jarocho" (como un café con leche argento): $17. Botellita de medio litro de agua: $6. Algo dulce para acompañar: a partir de $10. Cerca de la estación de metro hay un Starbucks, ahí te arrancan la cabeza: café latte $35, botellita de agua Evian $25, croissant con j/q $45. Fui solo una vez. 

Luego, el metro: pasaje $5 (se puede comprar el boleto individual o cargar una tarjeta). Ayer se portó de pelos conmigo, vino rápido y tanto de ida como de vuelta fui sentada. Hoy, que necesitaba llegar a horario porque tenía una reunión, me dejó casi a pata. Salí con tiempo, pero en mi estación se demoró unos 10 minutos, y dos estaciones más allá otros 15 minutos más... la gente empezó a ponerse ansiosa y a bajar. Ahí me enfrenté al dilema que tantas veces ocurre en Buenos Aires: confiar en que el tren arranque de nuevo o salir y tomar un colectivo o taxi. El tema es que la cantidad de gente que había hacía imposible pensar en tomar taxi... y colectivo ¿de qué línea? ¿dónde lo tomo? ¿cuánto demora? Ya fue... me quedé en el tren. Llegué a las 11:05 a Ciudad Universitaria, y ahí podía esperar hasta otros 20 minutos por el pumabus. Ya fue, ya llegué tarde, no puedo esperar más: taxi. Del metro al instituto $18. Pero madre mía... ¿era necesario ir a esa velocidad? Iba a todo lo que daba y tocando bocina, yo pensaba "tranquilo amigo, voy a una reunión, no a parir". 11:10 llegué a la reunión, que ya había comenzado. 

En el encuentro conocí a otros becarios que, como yo, están arrasando con las bibliotecas y los archivos de la ciudad (paráaaa, huracán investigativo!!!). Bueno, compartimos un poco el trabajo de cada uno y nos fuimos conociendo. Después, la mayoría con ánimos de socializar y conocer a "los nuevos compañeritos", nos fuimos a almorzar juntos a un restaurante muy lindo que hay en un museo cercano: una colombiana, otra argentina, tres mexicanos de distintos estados (Chiapas, Michoacán y Veracruz). Tal vez los siga mencionando en futuros posts, tal vez este haya sido nuestro primer y último encuentro. ¿Quién sabe? 

En el museo también hay un comedor universitario a precios estudiantiles, pero todos nos sentíamos millonarios y bueno, regalémonos un lujito. (Precios estudiantiles: menú aprox $65. Precios bacanes: plato, bebida, café y propina $150). Calculo que más a fin de mes iremos al comedor estudiantil jijiji. Otros días compro para el almuerzo bandejitas de comida en un kiosco cercano (spaghetti con bolognesa, arroz con zanahoria, pollo y arvejas, etc...), a $25-30 la porción, muy rico y llenante. En esos casos como en el patio del instituto, con ardillitas y lagartijas que corretean por ahí, y acompañada de la lectura de Embarazo para Dummies o Harry Potter and the Chamber of Secrets. Pero para esta comida al aire libre hay que estar atenta al gran problema de la ciudad: la lluvia.

El clima en DF a esta altura del año es jodido. A la mañana suele estar despejado y fresco, remera + saquito y a aguantar si hace algo más de frío. Pero no hay que exagerar con el abrigo, ya aprendí que al mediodía la temperatura sube, a veces, bastante (de 15° a 24° por ej.). Por la tarde, a partir de las 4 o 5, lo más esperable es que se nuble y llueva. Tal vez se nuble y no llueva hasta la noche, como hoy. La lluvia por lo general es tranqui, nada que un paraguas no solucione. Peeeeeeeero puede pasar que se encapote el cielo de golpe y se venga el mundo abajo: la furia de Tlaloc desatada sobre la ciudad, con granizo y todo. El otro día me agarró una de estas tormentas fuertes cuando estaba por salir de la biblioteca. Ni a palos salía en ese momento, así que me pedí otro libro y estiré dos horas más la estadía. 

A veces ceno temprano, de regreso a casa. A veces, me compro algo para comer en la habitación mientras chateo, escribo en el blog o subo fotos al facebook (gracias wifi por mantenerme conectada con mis amigos y familiares!), miro algún episodio de series y voy editando mis escaneos del día. 

Si esperan algún post de "Wild On: México" o "La descontrolada noche en DF", tendré que recomendarles que migren a otro lado. Acá lo que se impone es la fiaca... y los paseos diurnos. 

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