domingo, 28 de septiembre de 2014

México DF, día 26: Una tarde en la Alameda (y en Bellas Artes)

Hoy, sábado, hice un recorrido que bien podría empalmarse con la visita al Zócalo, la Catedral y el Templo Mayor... Pero ya saben que en este viaje voy paseando en cuotas. Hoy bajé del metro en la estación Hidalgo, que da justito en la esquina de la Alameda, un parque hermoso con fuentes y mucho verde. Salí del metro y había un concierto de rock cincuentoso, con varias personas bailando entre los puestos de comida, muy buena onda. Eso, más el día soleado, me inyectaron energía para seguir paseando.

Cerca de la Alameda están el Museo de la Revolución y el Museo Mural Diego Rivera, pero los excluí del paseo porque ya los conocía de mi viaje anterior al DF. Ok, sí fue hace seis años, podría haber ido de nuevo, pero prefería reservarme la energía para lugares nuevos. La caminata por la Alameda fue muy bonita, de a poco se fue llenando de gente, así como las calles adyacentes que explotaban de gente. Esta es una zona muy céntrica, cercana al Zócalo pero con bastantes otros lugares de importancia. También es lindo de visitar por la mezcla de estilos arquitectónicos: el hemiciclo a Juárez (monumento bien celebratorio), el templo Corpus Christi del siglo XVIII, el Museo de la Memoria y la Tolerancia, la modernidad de la Torre Latinoamericana (ícono de la ciudad y uno de sus edificios más altos), el art-decó del edificio de La Nacional, el eclecticismo del Palacio de Correos, y el plato fuerte: el Palacio de Bellas Artes. 

El Palacio de Bellas Artes, gran excluido de mi primer visita a la ciudad, era el objetivo de hoy. Por fuera, es un edificio imponente, que fue encargado por Porfirio Díaz pero que por avatares varios, como problemas del suelo y revoluciones, se inauguró recién en 1934 [en dos días cumple 80 años!]. En la explanada frente a su entrada hay jardines y esculturas, muy lindo todo. Por dentro, es el principal teatro lírico de la ciudad, y alberga muchísimos murales y un gran centro de exposiciones. Dos veces por semana hay espectáculos de danzas nacionales, y reciben obras de compañías de todo el mundo. La entrada cuesta $45 para el sector de arte (no para los espectáculos) y vale la pena. 

En los dos niveles pueden verse murales de Diego Rivera, de Siqueiros (incluyendo el que oficia de tapa de una de las nuevas ediciones de "Historia del Siglo XX" de nuestro querido Eric Hobsbawm), de Rufino Tamayo, Orozco, Jorge González Camarena, Roberto Montenegro, y Manuel Rodríguez Lozano. A estos tres úlimos no los conocía, y el conjunto me pareció fantástico. 

Lo más interesante, de todos modos, fue la exhibición temporaria (desde ahora y hasta enero 2015) "En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte", en conmemoración del centenario de nacimiento del Nobel de Literatura mexicano. [Acá viene la parte en que improviso una crítica cultural / museística, mil disculpas a quienes se dedican a eso, lo mío es de aficionada]. La idea de la muestra es, de alguna forma, armar un recorrido por el arte del siglo XX, a partir de los textos y comentarios de Octavio Paz: literatura y artes plásticas en un diálogo más que interesante. El folleto de la muestra incluye fragmentos con los comentarios de Paz en torno a las obras que estamos viendo. Y apenas entrar me encuentro con aquellos tipos de los que me enamoré en el Centre Pompidou en París [ah listo qué snob]*: Picasso, Kandinsky y Miró. Pero también aparecen otros autores y movimientos: Juan Gris, Duchamp, Jackson Pollock, Gunther Gerzo, Siqueiros y Rivera (no pueden faltar), André Breton... entre muchísimos otros. Lamentablemente había mucha gente (qué raro...) y el espacio era pequeño, se complicaba detenerse en cada cuadro. En otro sector, más amplio y más despoblado, hay otras partes de la exposición: el arte erótico, incluyendo muchos materiales de la India, la escultura mesoamericana (con pocas pero significativas muestras de olmecas, mayas, zapotecas y teotihuacanos) y el arte novohispano. También es muy interesante el aspecto "interactivo": no solo acompañar la visita con la lectura del folleto, sino también ver pequeños clips en mini-cines, audios con entrevistas a Octavio Paz, vitrinas con sus libros y fragmentos de sus obras, pantallas touch donde podemos ver eventos importantes de la vida y la obra de Paz... de todo. Muy cuidadas mis palabras: ¡alta muestra se mandaron! Materiales donados o en préstamo de museos de todo el mundo, integración de nuevas tecnologías y un buen resumen de la vida y la obra de Paz [Súper interesante su historia: nació en 1914, su padre trabajó para Emiliano Zapata, él vivió en Yucatán, en Estados Unidos, Francia, India y Japón -donde fue embajador-, participó de las Brigadas Antifascistas en la Guerra Civil española, denunció los crímenes soviéticos en los años '50... en fin, los años interesantes de los que hablaba Eric. Y falleció acá cerquita, en Coyoacán]. 

Tanta cultura me dio hambre, y el exceso de gente (¿les dije que hay mucha gente) me abrumaba, así que me metí en el primer Sanborns que encontré para almorzar. Luego miré un par de tiendas con productos de marca, y salí rajando por los precios. Ah! En Sears también comenzaron con la decoración navideña... ¡en septiembre! Después hice una breve caminata por las callejuelas del centro histórico hasta aterrizar en el mítico Café Tacuba, donde tomé un capuchino mientras escuchaba mariachis y sacaba algunas fotos. Muy rico todo (lo que tomé yo y lo que se veía en los platos ajenos), pero hay que ir con tiempo, ya que suele haber espera. Una señora se me coló en la fila cuando estaba reservando la mesa grrrrrrr, pero luego como mi mesa era solo para una persona me tocó a mi primero, tomá, guacha!

El Café Tacuba tiene la grandísima ventaja de estar pegado a la boca del metro (estación Allende) así que el regreso a casa fue bien tranquilo. 

Espero que ustedes también hayan pasado un lindo sábado. Me despido hasta la próxima, que no creo que sea dentro de mucho, jiji. 

Alameda + Torre Latinoamericana

Palacio de Bellas Artes 

Alameda

Café de Tacuba


*para contrarrestar el snobismo escribo estas palabras acompañada de "Romance" de Luis Miguel a full. Escribo y canto a la vez: Usted me desesperaaaaa me mata menloqueceeeee.

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